sábado, 14 de abril de 2018


RETABLO MAYOR  DE LA IGLESIA PARROQUIAL DE CERECEDA.



El blog publica hoy el artículo que F. Azucena García Hernández. Licenciada en Historia del Arte. Profesora de Historia del Arte en la Universidad de Burgos y colaboradora de Uffizzi CRBC S.L. ( restauradores del retablo ) escribió para la Revista PATALOSO y fué publicado en el nº 2 Agosto 2.017.
Mi agradecimiento personal, el del blog y todos sus seguidores, y, de una manera muy especial, el de todos los feligreses de la iglesia parroquial Nuestra Señora del Rosario de Cereceda.

El retablo mayor de la iglesia parroquial de Cereceda hubo de ser restaurado en 2.009 como medio para atajar una ruina irreversible. La tarea fué llevada a cabo por la empresa slamantina Uffizzi, que le ha devuelto su antiguo esplendor.
Se trata de una gran máquina litúrgica que ocupa la totalidad del testero del templo, dedicado a Nuestra Señora del Rosario.
Obra de carácter plenamente rococó - propia de la última fase del barroco, fechable en el último cuarto del siglo XVIII -, presenta una planta de tipo convexo que dinamiza el espacio y consigue, junto a la utilización de una decoración tallada muy movida, que el efectismo suntuoso del barroco tardía prevalezca sobre las formas puramente arquitectónicas de la traza.
Asentado sobre un zócalo de piedra escuadrada, se levanta partiendo de un estrecho banco, organizado en un solo cuerpo que se divide en tres calles - la central destacada en altura y compartimentada por la presencia del nicho que se abre en el banco para dar cabida al tabernáculo y la hornacina superior que acoge la figura de la titular - y se corona con un ático a modo de telón fingido, y un remate donde campea el anagrama de María.
El banco queda ornamentado en sus paneles laterales con decoración de rocalla alternando con las ménsulas que soportan los elementos sustentantes; flanqueando la calle central, columnas de capitel corintios cuyos fustes adventicios se llenan de guirnaldas de flores y elementos colgantes a modo de " draperies ", y estrechas pilastras en los laterales recubiertas igualmente por motivos florales.
La calle central queda presidida por el nicho que da cabida al tabernácul, que hoy se reduce a la presencia de un sagrario, habiéndose perdido el original que había de ser con toda probabilidad un expositor en forma de templete que pusiera por sí de manifiesto la importancia del sentido eucarístico del retablo a la vez que permitía llevar a cabo las solemnes exposiciones del Santísimo Sacramento que requería la liturgia de la época. La decoración de las enjutas del arco se resuelve a base de formas arriñonadas rodeadas de elementos vegetales dorados, muy del gusto de este periodo.
La hornacina principal del retablo sirve de marco incomparable para la escultura de la Virgen del Rosario, advocación de la iglesia. El fondo y el cascarón se decoran profusamente a base de rocallas y vegetación.
Encima, el ático que, con un sentido muy teatral propio del barroco, utiliza el recurso del telón que sujeto por la guardamalleta, se abre dejando visible al Espíritu Santo en forma de paloma, lo que puede interpretarse como una alusión velada a la Inmaculada Concepción de María.
Como remate, dentro de un marco circular rodeado de flores y plumas, campea el anagrama mariano, en referencia al saludo angélico " Ave María, llena de gracia " que nos recuerda su respuesta de entrega y disponibilidad total al Proyecto divino.
Las hornacinas de las calles laterales presentan el respaldo tallado, con formas ovaladas rodeadas de rayor, y en su base una gran repisa en forma avenerada para asentar sobre ella las tallas que durante la restauración se decidió eliminar por considerarse no corresponderse con el original.
Los aletones laterales con formas arriñonadas y motivos de rocalla vienen a completar el imponente conjunto.


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